Día de la
Tolerancia
Desde hace más de una década, celebramos anualmente en nuestro colegio el Día de la Tolerancia. A través de diferentes actividades reflexivas y participativas, fomentamos el respeto, la unidad y la convivencia de todos los miembros de nuestra comunidad educativa. Con esta jornada, particularmente, renovamos nuestro compromiso institucional con el respeto a la diversidad y el reconocimiento del valor de cada persona, construyendo juntos un ambiente de aprendizaje basado en la empatía y respeto mutuo.
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Celebración 2025
El café y la tolerancia en el mundo
Escrito por: María Fernanda Vargas Méndez - Personera 2025
Apreciados fundadores, directivas, administrativos, profesores, servicios generales y comunidad educativa. Hoy quiero hablarles de algo que quizás no imaginan que pueda estar relacionado, pero que nos conecta a todos de una manera única: el café. Esta bebida que tantas veces nos acompaña en nuestras rutinas diarias no solo tiene un aroma que despierta los sentidos, sino que también posee un poder simbólico profundo, uno que va más allá de lo sensorial y nos invita a reflexionar sobre la tolerancia en el mundo. El café es un elemento universal, presente en casi todos los rincones del planeta. Desde las montañas de Colombia, hasta las calles de Estambul, pasando por los cafés de París, el café trasciende fronteras, lenguas y culturas. En torno a una taza de café, a menudo se dan los encuentros más enriquecedores, aquellos en los que las personas se comparten, dialogan y, lo más importante, se escuchan. En muchos lugares del mundo, el café se convierte en un pretexto para reunirse, para compartir historias y experiencias, y, sobre todo, para aprender a convivir en la diversidad. En cada sorbo de café podemos hallar la oportunidad de encontrar en el otro lo que nos diferencia, pero también lo que nos une. Porque en la diversidad de formas en que preparamos el café – ya sea espresso, filtrado, turco o capuchino – se refleja el espíritu de la tolerancia. El café nos enseña a valorar las distintas formas de hacer las cosas, a comprender que lo que para uno es ideal, para otro puede ser diferente, pero igualmente válido. Y en esa diferencia, en esa multiplicidad de perspectivas, radica la riqueza de nuestra humanidad. Al igual que en el café, en el mundo tenemos ingredientes diversos: lenguas, religiones, costumbres, colores de piel, formas de pensar. Y así como un buen café puede ser el resultado de una combinación de diferentes granos, el mundo es más bello y sabroso cuando abrazamos las diferencias con respeto y apertura. La tolerancia es el arte de disfrutar de esas diferencias, de aprender a convivir con ellas sin miedo, sin prejuicios, pero con el deseo de crecer y enriquecernos juntos. El café, al ser una bebida tan accesible y popular, tiene un papel fundamental en la creación de puentes entre personas de distintas culturas. Ha sido testigo de reuniones diplomáticas, de intercambios de ideas entre personas de diferentes orígenes, de debates apasionados y también de silencios compartidos que dicen más que mil palabras. En cada taza, podemos ver reflejada nuestra capacidad para ser tolerantes, para crear un espacio común, donde las diferencias no se convierten en barreras, sino en oportunidades para el entendimiento mutuo. Por ello, les invito a pensar en cada taza de café como un símbolo de la posibilidad de dialogar, de entendernos y de ser tolerantes. A través del café podemos aprender a abrazar la diversidad, a escuchar con mente abierta, a respetar al otro en su unicidad. Porque si algo nos enseña esta simple bebida, es que, al igual que en el café, el mundo se compone de muchos matices, y en esos matices reside su belleza. Así que, la próxima vez que tomen una taza de café, piensen en el poder que tiene esta bebida para unirnos, para hacernos más tolerantes, para generar espacios de respeto y comprensión. El café no solo despierta nuestros sentidos; también puede despertar en nosotros la capacidad de ser más humanos, más tolerantes y, sobre todo, más unidos. Gracias.